
¿Os ha pasado que vuestros hijos han inventado ya algún juego con temática del coronavirus?
En mi caso, mis hijos ya han creado un repertorio muy interesante como el pilla-coronavirus, al escondite-coronavirus, han hecho pócimas para matar al coronavirus, han creado historias con muñecos donde eran atacados por el coronavirus, han creado cabañas de sábanas y sillas para protegerse… Cada uno de estos juegos simbólicos son el camino innato de la mente infantil para poder integrar sus miedos ante la situación: atrapando al virus y luego siendo ellos mismos el virus que persigue a las personas contactan y elaboran sus emociones de miedo, crear pócimas que curan se sienten poderosos, les ayuda a ganar autoestima a sentirse útiles en una situación de impotencia, sentir que pueden contribuir como grandes científicos creando la solución que ayudare a las personas, en sus fortalezas de sábanas y sillas pueden expresar sus sentimientos y darles una resolución creando un espacio de seguridad y calma…
Para algunos padres y madres ver sus hijos e hijas jugar, hablar, pensar sobre la situación actual les resulta incómodo e incluso, les preocupa y quizás intentan hacerles cambiar de tema. Desde la perspectiva adulta puede que nos resulte repetitivo o puede que nos asuste porque le damos una connotación negativa, pensando que lo están llevando mal, porque hablan mucho del tema o lo introducen en sus juegos. Sin embargo, no hablar del tema, evitarlo o reprimirlo, no suelen ser las mejores opciones para acompañar a nuestros hijos e hijas en las situaciones complicadas, pues se quedan solos con sus dudas, sus miedos, sus frustraciones…
El juego sirve para fortalecer las habilidades de afrontamiento, reelaborar significados de ciertas experiencias, expresar emociones y comprenderlas y exteriorizar sus preocupaciones.
¿Es malo que nuestros hijos jueguen al coronavirus?
No, para nada, el juego es una herramienta esencial en la infancia para poder comprender el mundo y aprender de él. El juego como decía Winnicott corresponde a la salud infantil facilita el crecimiento y también conduce a las relaciones grupales.
El juego sirve para fortalecer las habilidades de afrontamiento, reelaborar significados de ciertas experiencias, expresar emociones y comprenderlas y exteriorizar sus preocupaciones. A través de la imitación y la representación los niños van comprendiendo y asimilando estas preocupaciones, pues el juego les ayuda a rebajar la ansiedad, les facilita la comprensión de diferentes roles y favorece la incorporación de las normas sociales de su entorno. Además también les sirve para sentirse más poderoso, ya que se sienten activos, capaces y protagonistas. En el juego ellos deciden que pasa en la situación, como se resuelve y quien “gana”, donde, como y cuando acaba.
Mis hijos desde su perspectiva, están de acuerdo con Wallon, juegos o cualquier otra actividad es la misma “materia” según la actitud que la persona le ponga a la acción que realiza. Eso significa que todo lo que hacemos en la vida libremente podría convertirse en un juego si conectamos y podemos vivirlo desde esa actitud. ¿No os parece una idea maravillosa, poder vivir jugando todo el tiempo?
¿Qué juegue al coronavirus significa que está traumatizado?
Es cierto que existe un tipo de juego que se da en niños y niñas cuando viven un trauma que puede ser necesario reconducir para ayudar al niño, pero esto solo se da en casos de trauma, y por suerte, la mayoría de los niños de este país no habrán experimentado la situación como un impacto tan fuerte.
Sin embargo, la edad, la personalidad de cada niño o niña, las circunstancias de cada familia y otros factores asociados, pueden haber provocado vivencias diferentes más o menos fáciles de asimilar para ciertos niños y niñas. Por eso, es interesante saber diferenciar entre el juego sano y creativo de la mayoría de niños de un juego que es un signo de que el niño quizás necesita un acompañamiento más específico para reelaborar la situación vivida y integrarla de manera adecuada y dotarla de significados adecuados. Algunos de las características de lo que se denomina juego traumático o postraumático que podrías ver son:
– La repetición compulsiva.
– Hay una conexión inconsciente entre el juego y el evento real.
– No alivia la ansiedad.
– Hay ausencia de espontaneidad y gozo.
– Los temas del trauma se presentan literalmente o simbólicamente.
– Las temáticas de agresión, miedo o indefensión son constantes.
Sin embargo, como decía Freud, jugar es la mejor forma de acompañar al niño para superar ciertos acontecimientos vividos como traumáticos . Así que si observamos de forma continua este tipo de juego en nuestros peques, quizás lo más adecuado pueda ser buscar ayuda de un psicólogo infantil.
Marta Martínez Lledó. Psicóloga y orientadora educativa
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