El niño en un ser social, un ser cooperativo y generoso, es decir, un ser que comparte porque su naturaleza innata es esa. Basándome en este posicionamiento, en esta mirada hacia lo que es un ser humano las preocupaciones sobre cómo enseñar a un niño a compartir desaparecen bastante. No hay que enseñar nada, porque compartir es un comportamiento natural innato. Bajo este punto de vista, un niño en un entorno saludable aprenderá a compartir movido por un deseo interno primario y mantenido por todos los beneficios naturales que surgen de realizar ese comportamiento, como conseguir compañeros de juego, hacer amigos, más adelante, tener pareja, etc.
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El asunto de compartir suele remover mucho más a los padres y madres en la primera infancia ya es un tema de conflicto común. Veo a muchas madres ( y padres) agobiadas porque su hijo/a de 2 o 3 años no sabe compartir buscando explicaciones externas como “es que no tiene hermanos”, “es que todavía estaba en casa y no ha ido a una guarde”. Sin embargo, los niños y niñas de estas edades, todavía están desarrollando su capacidad de empatía, están estructurando su concepto del yo diferenciado del otro y del objeto, están adquiriendo el concepto de pertenencia, tienen muy poca comprensión sobre los tiempo, su habilidad lingüística está limitada y su concepto de reversibilidad de las acciones no está asentado (si lo dejo, todavía no entiendo que luego vuelve). Todos estos elementos hacen que en estas edades compartir tal como lo entendemos en el mundo adulto, sea algo realmente imposible para ellos y ellas. Por ello, es importante ponerse en el momento evolutivo donde se encuentra nuestro/a peque y no pedirle una comprensión de la situación y un comportamiento que según su momento no es posible, ellos/as elegirán compartir cuando estén preparados evolutivamente.
Pero no sólo es cuestión de maduración, sino que como las personas adultas hay muchos factores en juego para decidir o no compartir, depende del vínculo que tenga con la persona, es decir, si la conozco o no (y no, los niños no son amigos sólo porque estén en un parque juntos), depende de mi momento emocional, depende del objeto que pidas, depende de si lo estoy usando o no, depende del tiempo que lo quieras utilizar, etc.
Así que, ¿si nosotras no siempre decimos que si a compartir, por qué se lo imponemos a a los niños y niñas?
De ahí que haya decidido titular al tema de hoy, no le obligues a compartir, pues es una práctica muy común que se hace desde la buena intención, con el objetivo de que los niños y niñas aprendan a compartir. Sin embargo, con esta forma de actuar normalmente conseguimos enviar mensajes muy diferentes a los deseados y reducimos la probabilidad de que aumente su generosidad futura que era nuestro objetivo inicial.
Existe un estudio de la Universidad de Cornell que pudo comprobar el efecto que producía en niños y niñas ofrecerles la oportunidad de elegir compatir o forzarlo de forma externa. El experimento consistía en poner en una situación a los niños para compartir unas pegatinas con una marioneta que estaba triste. Aquellos/as niños/as que tuvieron la capacidad de elegir, es decir, nadie les incitó a compartir, se percibían a si mismos/as como personas a las que les gusta compartir y existía más probabilidad en el futuro para que fueran “más propensos a compartir y actuar de forma prosocial en el futuro”
Además, también se habla del efecto de sobrejustificación, es decir, como puede ser contraproducente recompensar de forma externa este tipo de comportamiento con el típico muy bien, con halagos y demás por parte del adulto/a. Contrariamente a lo deseado, el niño/a deja de percibirse como una persona que le gusta compartir ya que necesita ser premiados para hacerlo, con lo que se reduce también este tipo de comportamientos en el futuro.
Cuando obligo o fuerzo a compartir
Tenemos leyes diferentes para el mundo adulto y el mundo infantil. Entre niños todo es de todos y entre adultos las pertenecias se respetan y los límites están claros. Es decir, si una persona que no conoces viene y te coge alguna pertenencia tuya sin preguntar en un parque lo consideramos robo. Si es un niño el que te coge una cosa tuya ya no es robo, pero también le pones el límite, no le vas a permitir que te coja el móvil o tu monedero para jugar. Además, el padre o madre del niño/a en cuestión también rápidamente vendrá a poner el límite y disculparse.
Sin embargo, cuando trasladamos la situación al mundo de los niños, ¿cómo suelen actuar los padres/madres?
Muchos padres/ madres cuando su hija/o coge el juguete sin permiso a otro niño no verán ningún problema en el asunto aún cuando el otro niño o niña en cuestión muestre signos claros de desconcierto o desagrado. Es posible que una vez ya con el objeto en la mano, le pregunten por cortesía al otro niño o niña, “¿se lo dejas un poquito a que sí? Ahora te lo devuelve…”
Y es muy probable, que la mamá o papá de ese niño que no se está sintiendo cómodo con la situación, apoye también esa transgresión o bien, hablando por el niño “Claro, claro que te lo deja, no pasa nada” o bien hablándole a su hijo le dirán algo así como“ Dejáselo un poquito si tu lo tienes siempre, no ves que sino llora, si tu tienes más juguetes”.
Sin embargo, mientras este papá o mamá está intentando cumplir con la norma social de que hay que compartir si o si, porque sino te miran mal o tienes un hijo/a maleducado/a, el niño, su hijo, se ha quedado sólo en el conflicto emocional. Puede que está situación les provoque quizás pensamientos de este tipo“ yo no quería dejárselo, era mío y me lo estaba pasando bien ¿por qué no lo ve mi papá?”, “A papá o mamá les interesa más como se siente el otro niño que yo”, “Si yo digo que no se lo dejo, papá o mamá me considerarán malo/a”,“ Yo no pienso jugar con el niño que me ha quitado el juguete”.
Dejamos a nuestro propio hijo/a solo/a con emociones de soledad, de confusión, frustración, rabia o pena que no están siendo vistas, ni acompañadas, ni tienen derecho a ser expresadas porque papá o mamá pensará que soy un/a niño/a malo/a por no querer compartir.
Con esto contribuyo a que el niño sienta que no tiene el control de la situación ya que otros mandan y él no puede hacer nada. Esta sensación de indefensión o impotencia puede dificultar posteriormente su capacidad de poner límites a los otros cuando sucedan cosas que no les gustan.
Acompañar situaciones de conflicto
Sabiendo que no existen recetas para acompañar este tipo de conflictos, os comparto mi forma de verlo y hacerlo por si os puede venir bien.
- Permitir que los/as niños/as se comuniquen y resuelvan la situación ellos y ellas mismas.
Si vienen a coger un juguete y te preguntan a ti sobre el juguete, deriva al adulto o al niño a preguntarle a tu hijo/a que es el dueño/a del juguete. Recuerda que tú no tienes el derecho a decidir sobre sus pertenencias.
- Acompañar sin juicio cuando el o la niño/a no quiere prestar su juguete.
No le insistas. No vuelvas a preguntarle dándole alternativas. Respeta la decisión. Respira la sensación de culpabilidad o la mirada crítica de otros padres o madres. Saber tomar decisiones, saber decir no, saber poner límites que respeten sus emociones y sus necesidades es una habilidad igual de importante que la de compartir. Cuando resolvemos nosotros/as el conflicto le quitamos la oportunidad de aprenderlo y en muchos casos, estamos dificultando que en otra ocasión ponga sus límites ya sea porque mi mamá o mi papá no me deja decir que no, aunque no quiera se lo van a dejar o porque no hace falta que yo diga que no porque mi papá o mi mamá ya lo dice por mi.
- Acompañar con calma la frustración de no poder obtener lo que quiere.
Acompañar con calma la frustración de no poder obtener lo que quiere en ese momento del niño que pide y se le dice que no. No emitir juicios negativos sobre el niño que no le deja el juguete, sino reconocer su derecho a decidir sobre sus pertenencias, de esta forma le das también la oportunidad a tu hijo para que diga que no cuando así lo sienta.
- Respetar el acuerdo que hayan acordado sin ponerle carga adulta.
Con esto me refiero a situaciones donde según nuestro criterio de justicia basado normalmente en “la mitad es lo más justo” nos lleva a juzgar la situación como injusta, sintiendo a veces que uno de los niños se aprovecha del otro.
Mi experiencia en estas situaciones es que si permites que ellos encuentren las soluciones solos, puede sorprenderte el resultado, pero si aprendes a mirarlo con profundidad te das cuenta de que la solución elegida es la más adecuada.
Por ejemplo, una situación típica de reparto de galletas, quizás te pueda sorprender que hayan 3 galletas y 3 niños pero uno se coma 2 y los otros solo media y entre ellos no exista ningún conflicto. Quizás uno de los niños tenia mucha más hambre que los otros o puede que fueran unas galletas que a él le gustaban mucho más que a los otros dos o puede que ese niño se sintiera emocionalmente más frágil y es una manera de sus amigos de mostrarle afecto. Si lo pensamos bien, es un reparto mucho más justo que una galleta cada uno porque se mira en concreto la situación, se atienden las necesidades de cada persona en ese momento.
¿ Y cuando el objeto es común entonces que?
- Respetamos el tiempo del que está utilizando el objeto en primer lugar. No damos prisa o interrumpimos el juego del niño que estaba jugando porque otro niño lo desee. Si se le recuerda que es un juego de uso comunitario.
- Permitimos que el niño que lo desee exprese su deseo al que está jugando, sin arrebatárselo de las manos.
- Esperamos, muy importante dar tiempo a la situación
- Observamos si el niño con el juguete pierde interés o si el niño sin juguete se reorienta hacia otro juego. Podemos ofrecer alternativas para uno u otro niño.
- Si el conflicto persiste, podemos abrir un espacio de comunicación para que lleguen a un acuerdo sobre el uso del juguete donde ambos sientan justa la situación.
Cómo fomentar la conducta de compartir
Si sigues pensando en como puedes contribuir como papá o mamá a que tu hijo o hija sea una persona que sepa o que desee compartir con otros:
- El primer paso es revisar como tus propios comportamientos. Eres un ejemplo, como tu seas con los demás envía un mensaje muy importante a tus hijos e hijas. El mundo adulto está lleno de ejemplos de comportamientos egoístas, es importante tomar conciencia sobre nuestros propios conflictos para compartir espacios, emociones, objetos, experiencias, etc.
- Habla con tu hijo o hija sobre la experiencia positiva que tuvo al compartir tiempo, juego u objetos con otra persona y no utilices el refuerzo positivo externo, es decir, los muy bien, los halagos y cumplidos sobre lo bueno o lo bien que se porta. Si tu hijo o hija comparte para que tu estés feliz, para que tu le muestres tu amor se desconecta de la verdadera razón y del verdadero placer de ese comportamiento, además de que le dificulta el aprendizaje de poner límites cuando no quiera hacerlo ya que tendrá un conflicto por el deseo de complacer a papá o mamá.
- En casa todo es de todos. Normalmente, cuando hay hermanos, existe la tendencia a comprar dos juguetes, camisetas iguales de todo con intención de prevenir el conflicto y desde mi punto de vista puede que lo estemos acrecentando. Si yo compro dos juguetes idénticos desde la creencia de que no van a compartir, de ahorrar conflictos, en realidad, estoy creando el entorno perfecto para que no compartan porque cada uno tiene un juguete para él solo y estoy restando momentos de práctica en el juego compartido. En mi caso, y eso que soy mamá de mellizos, cualquier juguete que entra a casa es de todos y la verdad que no tengo casi conflictos sobre el compartir. Ellos se autorregulan el juego compartido muy bien desde muy pequeños.
Prevenir conflictos
La prevención de los conflictos es una gran herramienta para tener una crianza más calmada.
- Con el tema del compartir, los parques suelen ser un caldo de cultivo idóneo para este tipo de conflictos y la experiencia puede ser agotadora. Si no te sientes fuerte ese día para acompañar la lluvia de conflictos que supone que tu hijo se lleve algún juguete muy llamativo o muy nuevo, desde mi punto de vista a veces es mejor poner un límite con tranquilidad y dar alternativas, que acabar llevándolo y acabar tirándote de los pelos.
- Informa previamente sobre posibles situaciones conflictivas, por ejemplo, “si invitas a tus amigos a casa querrán jugar con tus juguetes”. Puedes guardar previamente los juguetes que no quiera dejar y dejar a la vista con los que si que se sienta cómodo. Otra situación que a veces sucede es que eres tu como adulta la que invitas a una familia con niños/as pero sin que tu hijo o hija los conozca o haya tomado la decisión. Es importante aquí no esperar que tu hijo/a les abra la puerta porque sí y poder respetar los límites o los tiempos que quiera poner. Thanks to this website.
Luis Arroyo dice
Excelente audio Marta, felicidades por reiniciar el podcast, lo compartiré con los padres de mis alumnos, saludos!
Marta Martínez Lledó dice
Gracias por los ánimos Luis y por compartir. Un saludo!
Noelia dice
Hola Marta, gracias por compartir tus conocimientos , tengo una peque de 11 meses y siempre viene bien saber cómo debemos actuar en ciertas situaciones .. gracias
Anónimo dice
Mi hijo de 5 años no quiere compartir nada con su hermano de 3. Todo lo que tiene uno lo quiere el otro en el mismo momento. Le hemos explicado que los juguetes son de todos, pero siento que no se trata de ser dueño, de posesión el conflicto sino de querer lo que tiene el otro y que no lo tenga el lo tenga yo. No sé cómo manejarlo. Tengo una hija más grande y no je pasado por eso y creo que es una actitud que a los 5 años ya tendría que haber madurado…se pegan se tiran se arañan, si no hay un adulto que medie en el conflicto. S.O.S. gracias por la respuesta y consejo que me puedan dar.
Educación Respetuosa dice
Buenas,
Los conflictos del compartir siempre son complicados en estas edades. Es importante para ayudarnos a mirar el conflicto con más calma entender que a nivel cerebral cada niño y niña tiene un ritmo de maduración y a nivel personal tiene un temperamento, por lo que cada niño tiene su propio proceso de aprendizaje y a su propio ritmo, con 5 años todavía esta en pleno desarrollo de muchas habilidades necesarias para poder compartir. Por otro lado, es interesante la observación que haces donde sientes que no es cuestión de ser el dueño, sino que hay otra intención más allá de tener el juguete. Esa es la clave seguramente de los conflictos, encontrar que necesita ese peque cuando entra en conflicto porque quizás ese conflicto lo aprendido como un mecanismo para conseguir un objetivo no adecuado. Quizás necesite más tiempo de mamá, quizás necesite sentirse reconocido, sentir que tiene su espacio y autonomía … es difícil para mi decirte con tan poca información, pero si que te animo a que mires más allá del comportamiento que tiene, la necesidad que hay debajo y que intentes acompañar esa parte.
Espero que te sirva de ayuda. Mucho ánimo con estas fases de la crianza!!
Yudi dice
pasa con un niño en particular no le quiere compartir nada pero cuando saco los juguetes de mi hija el se los quita de las manos diciendo «tu si quieres compartir» ni siquiera la deja que le responda mi hija tiene 2 años y el miño tiene 6
Alegria dice
hola.. mi hijo de 4 años siempre carga sus juguetes cuando va a casa de sus abuelos, ahí coinciden con sus primos de 4 y 2 años, pero estos niños nunca llevan juguetes a ningún lado. Mi hijo baja sus juguetes sabiendo que si lo hace los niños querran jugar con ellos y que si los quiere bajar entonces los deberá de presentar. El los presta .sin conflictos .pero llegado en ciertos momentos comienza a no querer que los agarren o tomar sus favoritos, y creo que tiene razón en ello. Pero que hago? Creo que el concepto de compartir es más fácil de comprender cuando el ve que los demás niños también le pueden presentar cosas …pero si a estos niños no les llevan juguetes nunca … que hago? Le dejo de llevar juguetes o como mediar la situación? Para darle el valor a mi hijo con sus pertenecías sin fomentar una actitud de enviada …pero que se respete el hecho de que el lleva sus juguetes y deberia de ser libre de jugar con ellos y si los demás no llevan (no por que no tengan)..pues ahí ya no es culpa de el?
Educación Respetuosa dice
Buenas,
El conflicto que planteas es muy típico en casas y en parques. Por un lado, tu hijo tiene que saber que si va a un espacio con más niñ@s y decide llevar juguetes tendrá que gestionar las situaciones que se deriven, es decir, tener que compartir cuando quieran o tener que poner límites cuando no quiera. Por experiencia, la tendencia es a forzar a nuestro hijo a ceder y a «compartir» como si esa es la actitud adecuada. Sin embargo, saber poner límites es una habilidad maravillosa que también hay que aprender y para l@s otr@s niñ@s poder respetar el límite del otro también es un aprendizaje muy valioso. Puede a nivel adulto te miren extraño pero para mi deberías apoyar a tu hijo a poner el límite cuando él no quiera compartir algo. Otra opción es gestionar entre los adultos y adaptar el entorno de los abuelos para l@s niñ@s, comprar algun@s juguetes que se queden en la casa de los abuelos en algún rincón o alguna caja y que pertenezcan a la casa y no sean de nadie. Igualmente, se darán conflictos con el tema pero serán diferentes.
Es un tema que con el paso de los años se hace más fácil pero en general, aunque en el mundo adulto aún tenemos mucho que aprender sobre el tema compartir y el tema pertenencia…
Espero que te sirva la respuesta 😀
Un saludo!!!
Marta
ToboganesOnline dice
Buenos consejos los que mencionas.
Yo tengo una juguetería especializada en toboganes infantiles y veo a diario madres a las que les vendría muy bien escuchar tu podcast o leer este artículo.
Educación Respetuosa dice
Buenas,
Gracias por el comentario :D. Sin duda, el tobogán y otros columpios suelen ser uno de los puntos de conflicto diarios con las mamás y papás cuando van al parque. Además, normalmente son momentos que generan mucho estrés y por eso es interesante reflexionar sobre la forma de acompañar estas situaciones y poder vivirlo de manera más coherente y tranquila…
Ma. Guadalupe Osorio dice
Hola Mi hijo de 4 años va a guardería y quiere siempre los juguetes de los demás. También de un tiempo para acá comenta que quiere todo lo que el primo tiene, la casa los juguetes y su cuarto. Como le explico que no puede tener todo lo que su primo tiene???
María dice
Hola. Ayer mi hija invitó a una amiguita a casa y cuando cogió uno de sus juguetes le cogió la mano, se la doblo y parece que le ha roto un dedo. Que tengo que hacer? La tengo que castigar o no? Estoy desesperada
Educación Respetuosa dice
Buenas,
Entiendo que el objetivo es que tu hija sea una persona empática, que entienda lo que hace dolor a la otra persona y que pueda gestionar los conflictos sin violencia y desde el autocontrol. Seguramente tu hija al ver lo que le sucedió a su amiga ya habrá sentido bastante culpabilidad… Supongo que estamos hablando de una niña pequeña, no? Es importante ver que a nivel madurativo todavía está desarrollando sus habilidades para gestionar sus emociones, el control de su cuerpo, sus habilidades de comunicación para resolver los conflictos de otra manera… Quizás la reacción es normal en el proceso de desarrollo aunque haya tenido consecuencias muy negativas… Con respecto al uso del castigo no es una herramienta que eduque hacia estos valores sino que conseguimos que dejen de hacer ciertas cosas por miedo a la represión adulta y no realmente por empatía con el otro, no nos ayuda a desarrollar habilidades sino a aprender a escondernos del adulto o la persona que nos va a castigar y en cuánto no está presente se vuelve a producir el mismo comportamiento… Además, lo que enseñamos como modelo para la niña es que no somos empáticos con sus emociones aunque el comportamiento no nos parezca válido y nos convertimos en figura de miedo, que impone su fuerza porque es más grande y eso es justo lo que no queremos que haga… además de que el vínculo con la peque ya no es de confianza para poder explicarle otros caminos para resolver los conflictos, sino que querrán alejarse de ti, con rabia o con deseo de venganza por el castigo que le pones… Te dejo un artículo donde hablo sobre el tema
https://educacionrespetuosa.com/blog/propio-bien-alternativas-al-castigo
Anónimo dice
Buenas , mi hijo va a cumplir 3 en un mes . No quiere prestar sus juguetes . El día de su cumple ( que vienen amiguitos y primos ) estoy pensando esconder sus juguetes que generan conflicto , porque se que va a ser un dilema , no los va a querer prestar , se lo van a agarrar y va a terminar pasando mal mi peque porque todo el mundo lo va a estar mirando y diciendo que preste . Aquí en mi casa se le inculca que el compartir es bueno , pero el aún no lo entiende .
construir parque infantil dice
Muy buen artículo. Contenido relevante y completo, gracias por compartirlo. Saludos
Ali dice
Un artículo muy interesante. Mi hija ha cumplido 8 años y sigue sin querer compartir nada, le cuesta mucho y por más que le explicó que al igual que a ella le gusta que compartan con ella, los demás también quieren que les dejé sus cosas. Además, no le gusta que jueguen con sus cosas ( en este caso el hermano) porque se lo descoloca y se enfada muchísimo.
Su hermano de 5 es lo contrario, aunque le cuesta al final comparte y lo hace sin ningún problema, además se nota que está tranquilo y se siente bien.
Sandra dice
Hola, tengo un hijo de 4 años que recién empezó el colegio. Es hijo único y cuando se otorga el tiempo de jugar no quiere compartir, pelea y golpea a los otros niños. Es complicado porque cada vez que voy a la escuela la profesora se queja de su actitud.